¿Vos qué hiciste toda tu niñez? ¡Qué te pasa! ¿Nunca? ¿Por qué no fuiste una niña normal? son unas de las tantas expresiones que escuché durante muchos años (y todavía lo hago) relucían de bocas de amigos, conocidos, familiares. Porque según ellos yo no tuve una niñez normal, dicen.
Yo no hacía lo que todos hacían y con una mirada extrañada me observa de pies a cabeza, como diciéndome ¿de qué estas hablando?. Sí mal no recuerdo mi primer cuento lo escribí a los 7 años casi llegando a 8 y quizás en todo un desorden de papeles y hojas perdidas con los años me reencuentre con esas letras un día de estos. (En pocas palabras: cuando me digne a ordenar la biblioteca).
¿Y qué escribías? quizás para una persona común y corriente el hecho que alguien a sus 7 años prefiera escribir a jugar con muñecas le parezca algo un tanto extraño, raro y hasta cierto punto "anormal".
De todo, de mi vida, de mis sueños, creaba historias tan turbias. Recuerdo que uno de mis primeros cuentos trataba de un asesinato, emocionada llegué con mis padres y se los leí.
Sí, lo recuerdo como sí fuera ayer. Como cada noche llegaba a desearle feliz noche a mis padres y por esa ocasión decidí leerles un cuento de niños (suponía) antes de dormir. Mis letras empezaron a perder su importancia y la emoción que yo le daba cuando observé la cara de mi mamá, preocupada, molesta, quizás hasta un poco insultada. ¿Por qué su niña de casi 8 años escribía algo tan crudo y triste?. Y no espero a que terminara para decirme No me gusta, ¿qué es eso? ¿por qué escribís eso? Que feo.
Mi padre como suele hacer no dijo nada y se quedó serio, observándome. Ya nunca les voy a leer nada y al terminar de decir esas palabras más un portazo puedo asegurarles que es algo que sigo cumpliendo, siguieron pasando los años, los cuentos, las historias, tantas creaciones y mis padres jamás volvieron a saber de ellas. Una actitud infantil y claro, por obvias razones.
¿Nunca jugabas con muñecas, te quedabas encerrada escribiendo? Y sí, pasaba horas de horas rayando hojas con palabras mal escritas, con un texto tan complicado aún para mi edad y porqué no, con dibujos que acompañaban cada letra, creaba cada personaje con una imaginación imparable: animales, personas, hadas, magos, brujas, cosas tan extrañas que ni yo podría nombrar.
Tampoco vas a creer que me pasaba todo el día encerrada escribiendo, también tuve mi época de barbies (pilinas les llamaba), así como de carros, pelota. Recuerdo que hasta puse mi propio restaurante y le servía a mis padres lo que me pedían hecho con plasticina.
No me encerré en un mundo de letras y dibujos animados, también disfrutaba del tiempo con mi hermano, mis padres, mis abuelos y mi Kimba (mi boxer con rottweiler QPD). Porque a pesar de lo "anormal" que yo pude haber sido (y sigo siendo) mi niñez no fue tan mala como muchos "niños normales" pensarían.
Porque yo, nací para ser un Jedi.
Hikaru.
Fotografía: Playera de la Convención de Star Wars 2011 (las estaban regalando en la compra de 2 playeras por ser del 2010).